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El comienzo de la revolución
Hace 3,3 millones de años, los chimpancés y simios, ante la imposibilidad de abrir moluscos y nueces, crearon el primer “martillo” con una simple piedra. Sin saberlo, comenzaron el proceso de la civilización, haciéndonos más fácil el camino para ir creando comunidades y poder sobrevivir en un mundo que no estaba adaptado para nosotros.
Después del mono vino el humano y este se encargó de mejorar estos utensilios heredados de nuestros parientes más lejanos. Con elementos naturales duros como las piedras o los huesos unidos a palos de madera mediante cordeles, nacieron los primeros martillos, similares en forma a los que seguimos usando hoy en día.
Martillo prehistórico hecho con madera, cordel y hueso.
La Edad de los Metales
Para continuar esta historia, tenemos que pasar una época muy importante que viene de la mano de uno de los descubrimientos más decisivos en la historia de la humanidad: el fuego.
Este hito supondrá, unos años más tarde,la creación de la forja, puesto que el ser humano acabó por darse cuenta de que si calentaban los metales con esta fuente de calor y energía, estos se volvían más blandos y por lo tanto le podían dar forma y adaptarlos. Este invento de hace casi 4.000 años, no ha pasado de moda y se utiliza hoy en día para hacer muchas herramientas.
Martillo de metal de la Edad de Hierro.
La Revolución industrial
Pasamos del descubrimiento del fuego a un gran invento que supuso un enorme avance en la sociedad, la máquina de vapor, dando pie a la Revolución industrial.
Esta etapa fue muy importante en la fabricación de las herramientas, ya gracias a la introducción de este motor, dio comienzo la producción en masa de herramientas, haciéndolas más accesibles para las personas, implicando una evolución más rápida de estos utensilios.
Además de esto, en esta época se desarrollaron máquinas capaces de cortar metal con precisión, lo que permitió la creación y fabricación de componentes mecánicos más complejos.
Una vez estas herramientas más precisas y útiles se dieron paso al público general, se abrió la posibilidad de innovación a un mayor número de potenciales innovadores, puesto que ahora podían disponer de los medios necesarios para dar vida a sus propias ideas desde cero por una cantidad de dinero mucho más baja.
En esta época ya se empezaron a crear marcas de este sector que hoy en día perduran, algunas de ellas son a día de hoy nuestros proveedores, como BOSCH o FEIN ambas, creadas poco después del final de la Revolución industrial. Haberse creado en esa época les ha dotado a día de hoy de una gran experiencia que utilizan para la fabricación de maquinaria eficaz y de un altísimo rendimiento.
Pintura al óleo de 1871 de un martillo de vapor inventado por el escocés James Nasmyth en 1839 durante la Revolución Industrial.
La Revolución tecnológica
Finalmente llegamos a la época que todos conocemos, una etapa que supuso infinidad de avances en tecnología gracias a la aparición de la robótica y de la IA.
En las fábricas de suministros industriales, esta revolución supuso un cambio en la forma de realizar su trabajo, ya que muchas de ellas implementaron las máquinas para hacer sus herramientas con mayor exactitud y de una forma más rápida, para que, de la mano de los operarios, estas nuevas herramientas estén dotadas de la mejor calidad accesible.
Martillo de mecánico de tres materiales de King Tony.
Camino hacia el futuro de la innovación
En Torvigo, nos inspiramos en esta emocionante historia de mejora y progreso. Desde el principio, nos comprometimos a ofrecer las herramientas más avanzadas y eficaces disponibles, ayudando a nuestros clientes a navegar por el cambiante paisaje de la industria moderna. Y a medio camino de este viaje a través del tiempo, hacemos todo lo posible por fortalecer ese compromiso.
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Torvigo, no solo está equipado para enfrentar los desafíos del hoy, si no también para aprovechar las oportunidades del mañana.
