Allá por el siglo XVIII, en la región británica de Midlands, se inició un proceso revolucionario que transformaría el mundo: la Revolución Industrial. Esta región, que hoy alberga ciudades como Manchester, Lancashire, Yorkshire y Birmingham, se convirtió en el epicentro de numerosas innovaciones tecnológicas, impulsadas principalmente por la disponibilidad de carbón como materia prima clave. 

Caricatura de la revolución industrial

En ese momento, el abastecimiento estaba estrechamente vinculado a la proximidad de las materias primas a las fábricas debido a las limitaciones en los sistemas de transporte de la época. Conforme pasaba el tiempo y avanzaba la Revolución Industrial, cada vez las empresas necesitaban materiales más diversos que no estaban disponibles en sus inmediaciones, lo que creó la necesidad de contactar con proveedores de regiones o países lejanos. Este cambio propició el desarrollo del transporte en el siglo XIX, incluida la expansión de las redes ferroviarias y mejoras en la navegación marítima, permitiendo a las empresas mover grandes cantidades de productos y materias primas a mayores distancias y en menos tiempo, impulsando enormemente el sector. Sin embargo, a pesar de todos estos avances, también surgieron desafíos logísticos y de gestión, dando lugar a la necesidad de implementar sistemas más complejos en la cadena de suministro y de asegurar un abastecimiento en grandes cantidades para garantizar la continuidad del proceso productivo.

Medios de transporte de mercanciías del siglo XIX

Durante el siglo XX comenzó a moldearse el modelo conocido como Just In Time o JIT. Este modelo consiste en coordinar al máximo los procesos de producción y suministro para que, a medida que se va utilizando un material, el siguiente ya esté en camino, reduciendo enormemente los costos de almacenamiento y mejorando la eficiencia de la cadena de suministro. Además, la implementación generalizada de tecnologías de la información en las empresas, como los sistemas ERP o SCM, permitió un mayor control sobre las necesidades y tiempos de entrega.

Almacén moderno

Desde entonces, la globalización ha sido un factor fundamental en la evolución del sector. La apertura de mercados, la exportación/importación de materiales y productos, y el avance en sistemas de transporte y logística han transformado por completo la industria. La gestión de riesgos, las estrategias de sourcing y las cadenas de suministro globales son aspectos que han surgido de esta evolución, generando soluciones de abastecimiento eficientes y constantes en un entorno cada vez más globalizado.

Sur de Europa de noche con un mapa de conexión y una imagen superpuesta que representa las tecnologías de telecomunicación

En conclusión, comprender la evolución histórica del abastecimiento en el sector industrial es fundamental para comprender la situación actual. Esta historia ha permitido que las empresas trabajen con proveedores y clientes de todo el mundo, gracias a sistemas de transporte avanzados y una gestión de cadenas de suministro eficiente. Sin ella, no podríamos ofrecer servicios como el autoabastecimiento, que facilita a nuestros clientes el acceso a productos siempre disponibles, una representación clave del Just In Time.